Don Quijote en el siglo XXI 😉👌Parte 2: Un encuentro en Starbucks...
Bienvenidos a la segunda entrega de Dulcinea de la Red, el lugar donde los personajes de Cervantes se pasean por el siglo XXI como si nada, entre TikToks, frappuccinos y crisis existenciales. Ya no hay castillos ni dragones, pero sí cadenas de café, actualizaciones de software y gente que lucha por sobrevivir al lunes. En este mundo tan extraño y casual aparece él: Don Quijote, más perdido que nunca… pero con el corazón intacto y la lanza (casi) lista para pelear por el amor verdadero. O por lo que él cree que es amor, o una barista. Ya verán...
Si yo pudiera describir a Don Quijote con una palabra, sin duda esa palabra sería senil. Genuinamente empiezo a creer que ese señor está loco y que el pueblo también se está volviendo loco a causa de sus tonterías caballerosas. Lo peor de todo es que yo soy uno de los motivos principales de este señor desquiciado para seguir con sus locuras. No lo entiendo, soy una barista de Starbucks que gana el sueldo mínimo y definitivamente no soy tan bonita como este viejito lo afirma. En la escala del uno al diez soy un cuatro a lo mucho, y eso siendo generosa. Es más, recuerdo una vez que entró al Starbucks a decirme “Yo era la mujer más fermosa de todo el reino y que yo estaba destinada a ser su musa” junto a su amigo panzón. Al principio creí que era una broma, pues me llamaba Dulcinea y mi nombre es Aldonza, pero después, me di cuenta de que este señor si creía que eres una princesa.
Recuerdo una vez, mientras limpiaba una máquina de espresso, que me dijo con una reverencia dramática:
“Mi señora, vengo a rendirme ante vuestra hermosura. Dejadme combatir dragones (o al menos repartidores groseros) en vuestro nombre.”
Y es que solo le pregunté si quería su capuccino con leche normal o deslactosada...🤣🤣🤣
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